Fundada en los albores de la pasada década de los ochenta, Botellita de Jerez es una de las bandas más influyentes del rock mexicano contemporáneo. Su propuesta de mezclar en un sabroso guacamole escénico y sonoro, el humor carpero de Tin Tan y lo más rasposo de la música de barriada con el rocanrol, cambiaría para siempre la forma de oír y hacer rock en México. Botellita nos a legado varios discos, incontables presentaciones públicas con sus rituales teatrales, y la fundación de un foro que llegaría a ser el semillero de los grupos más importantes de la actualidad, Rockotitlán. Los luchadores enmascarados con Tlalocmán y la Malinche en una odisea Chimalpopunk y la botellesca imagen del charróquer, pantalones de mezclilla con botonadura charra y tenis con espuela, son una leyenda bien viva que regresa a los escenarios, frescos como una lechuga orejona, actual y muy prendida. Botellita ha vuelto con la alineación original: Francisko Barrios, el Mastuerzo, a la bataquería; Sergio Arau, el Uyuyuy, en la vihuela eléctrica; y Armando Vega-Gil, el Cucurrucucú, en el tololoche. Asistir a un concierto de Botellita de Jerez es un punto de llegada y de partida, una fiesta en la que el público es parte fundamental de la ceremonia; es pasado, presente y futuro; es entender por qué …
¡TODO LO NACO ES CHIDO!
